Fanfiction erótico de Sailor Moon: Calor en un día de medioverano

Por korewa producciones

Notas: Esta es una parodia erótica escrita por fans y no guarda relación alguna con lo que comercializan Kodansha y Toei. Esta historia es del género lemon. Leer ciertas partes una y otra vez puede causar sensaciones de incomodidad en ciertas zonas del cuerpo. Espero que disfruten… Leyendo esto 😉

“¡Sacrilegio! ¿¡Que hicieron con mis personajes!?” -Se pregunta Naoko

Serena estiró los esbeltos brazos de su apetecible cuerpo mientras bostezaba haciendo bastante ruido. Estaba tirada boca arriba y llevaba puestos unos anteojos negros muy sexies que protegían a sus ojos azul cristalino de los rayos del implacable sol. Habían pasado apenas unas horas desde el mediodía y los rayos picaban con mucha fuerza. “Esto es vida…” Serena se dijo a sí misma mientras disfrutaba el calor del sol en su cuerpo, el cual prácticamente brillaba por todo el bronceador que llevaba puesto.

Estaba sola, Ami y Rei habían ¡ido a buscar algo para tomar a otra playa, mientras que Mina y Lita habían ido sospechosamente juntas al baño.

Los años habían pasado, Serena y las chicas tenían ahora 18 y sus cuerpos se habían vuelto aun más curvilíneos y atractivos, incluso el de Ami. Perdida en sus pensamientos, Serena no había notado que la parte de abajo de su bikini se le había pegado notablemente a su vagina y había comenzado a metérsele por la raya. Esto también había provocado que los costados se corrieran dejando entrever algunos de sus dorados pelitos por los extremos. Las formas de su concha eran ahora casi adivinables a través de la ajustada malla.

Ella estaba por cerrar los ojos para disfrutar de la tranquilidad cuando notó a pocos metros suyos a un musculoso y muy pintón chico de más o menos su edad mirándola fijo mientras caminaba muy lentamente de regreso a su sombrilla. Enseguida comprendió que tenía la mirada clavada en su entrepierna. Inmediatamente Serena dirigió su vista a la parte delantera de la malla del chico y notó un considerable bulto formándose, evidentemente estaba excitándose con lo que veía. Una risita involuntaria se le escapó a la sailor. El sólo pensar que estaba calentando a alguien la estaba excitando muchísimo. Ya podía sentir su entrepierna mojándose. Queriendo darle al recién conocido mirón un espectáculo que nunca olvidaría Serena abrió sus piernas un poco más y comenzó a acercar su rodilla hacia sus pechos, simulando que quería rascarse la planta de los pies. Al hacerlo la malla se le metió aun más en su vagina y un costado de esta quedo casi al descubierto.

El chico quedó boquiabierto con cara de hipnotizado cuando vio esto, al tiempo que el bulto en su entrepierna crecía notablemente. Pero para no quedar como un idiota o pervertido hizo un enorme esfuerzo y apartó la mirada levemente haciendo como que seguía caminado en línea recta. No fue una idea muy brillante porque se llevó por delante a un gordo entrado en años que se encontraba dormido tomando sol.

“Eso sí que fue divertido.” Pensó Serena, mientras sonreía maliciosamente. Le gustaba la idea de pasarse el día excitando a los chicos que andaban por ahí. Además, esa ¡dea parecía excitarla más a cada momento porque la entrepierna de su bikini ya estaba empapada.

Serena rápidamente estiró su mano y agarró su bolso, abrió el cierre y sacó un toallón blanco y una toallita de seda.

Miró para todos lados y cuando estuvo segura que nadie la veía estiró el toallón sobre su parte inferior, cubriéndole desde el estómago hasta los talones. Una vez hecho esto llevó su mano derecha bajo el toallón hasta la entrada de su vagina, para luego penetrarla suavemente con uno de sus dedos. Cuidadosamente sacó su mano de ahí y luego se llevó el dedo a la boca. El dedo estaba empapado en sus líquidos, sin duda estaba más excitada de lo que creía. Ahora que sabía que estaba increíblemente mojada tendría que secarse de alguna manera. Temerosa Serena miró a todos lados, y asegurándose que nadie la miraba, volvió a llevar su mano bajo el toallón y hacia la entrepierna, sólo que esta vez llevando la toallita de seda. Con la mano izquierda se bajó la malla, dejando su delicada flor sólo cubierta por el toallón. Entonces comenzó a deslizar la toalla de seda por su zona privada limpiándola. Serena se estremeció cuando la suave tela tocó su clí-toris ultra sensitivo. La sensación fue enormemente placentera. Deseaba continuar y pasar su dedo a través de la seda por su clítoris una y otra vez, pero no podía. Si dejaba sus manos ahí mucho tiempo más alguien iba a comenzar a sospechar que se estaba mastur-bando. Segundos después sacaba disimuladamente la ahora empapada toallita de su entrepierna.

“Ey, Serena! Qué estás haciendo?” Dijo una voz que casi la asusta de muerte. Inmediatamente giró la cabeza para ver quién era.

Era Rei que venía caminando junto a Ami con latas de coca-cola en la mano.

“Por Dios, no me asusten así!” Contestó Serena recuperando el aliento y agregó “Que compraron?”

“Unas latas de coca,” dijo Ami pasándole una.

“Que es eso?” Preguntó Rei agarrándole la Toallita de seda de la mano a Serena antes que esta tuviera tiempo de reaccionar.

Rei entonces sintió la Humedad en la tela y la miro curiosa. Incapaz de discernir que era eso, acercó la toalla a su cara para olería. Inmediatamente reconoció esa penetrante fragancia, excitándose automáticamente. El aroma era intoxicante y embriagador como ningún otro. Sus pechos se le endurecieron y la entrepierna se le humedeció de solo pensar que aquello que había olido eran los fluidos de Serena.

“Ey, devolveme eso!” Gritó su amiga finalmente mientras se lo arrebataba. Una vez lo tuvo de vuelta en sus manos Serena advirtió que Rei tenía la mirada perdida en el infinito y una mancha de humedad se le estaba formando en la parte de abajo de su malla. “Bueno, parece que tenemos un problema…” Le dijo entonces a su morocha amiga con voz cómplice.

Rei la miró de repente mientras su cara se ponía roja.

Pero la vergüenza se le esfumó cuando Serena aventuró “Que tal si vamos al baño y nos ocupamos las tres juntas del tema?” Agregando, “Y además le podemos pedir a un chico que nos ayude…”

La señorita Tsukino sabía exactamente qué chico quería para que las ayudara. Quería al musculoso y pintón de hace un rato, aquel que se había quedado mirándole la concha. Imágenes del aquel chico masturbándose salvajemente en alguna solitaria habitación mientras pensaba en esa visión de su parte más íntima, comenzaron a pasarle por la cabeza vertiginosamente. Serena sabía que un montón de chicos se pajeaban pensando en ella y el placer que les causaría tener sus suaves piernas alrededor de la cintura y su miembro dentro de su joven túnel del amor. Estimulando sus penes hasta un estremecedor orgasmo.

Con ojos lujuriosos Rei miró a Ami y dijo “Que tal si nos conseguís un chico para que nos ayude?” Agregando, “Porque obviamente estás invitada a venir con nosotras si querés…”

Ami sonrió. No se lo iba a perder por nada del mundo. Miró a Serena y le dijo, “Cual querés que enganche? Ese que estabas provocando hoy?”

“Me estabas mirando?” Respondió la rubia sorprendida y avergonzada. Pero inmediatamente se repuso y expectó, “Sin duda!”

“Te esperamos en el baño, entonces?” Le dijo Rei a Ami.

“Listo!” Contestó la chica de curiosa cabellera azul mientras agarraba el bronceador del bolso de Serena.

“Y eso para…?” Le preguntaron.

“Lo voy a usar para enganchar a nuestro chico.” Les contestó Ami mientras se iba corriendo con el frasco en la mano.

El chico estaba tomando sol a unos 100 metros de donde estaban sus amigas.

“Hola!” Dijo Ami con voz risueña. “Cómo te llamas?”

“Uh.. Keiichi, y vos?” Contestó sorprendido el desconocido mientras observaba atónito el espectacular cuerpo de la Sailor Scout.

“Ami.”

Afortunadamente Keiichi se encontraba sentado con las piernas cruzadas cuando su miembro decidió despertarse. Ya podía sentir toda la sangre de su cuerpo fluyendo hacia ahí, endureciéndolo como nunca antes. “Puedo sentarme?” Le preguntó inocentemente Ami con una sonrisa en la boca como si solamente buscara compañía.

Ami se sentó estratégicamente delante del chico y se inclinó levemente para que se le resaltaran los pechos.

“Estas con alguien?”

Preguntó la audaz chica.

“Um.. no.” Respondió sin mirarla a los ojos; demasiado ocupado en observar su cuerpo e imaginarse el éxtasis que sería tenerla en sus brazos y penetrarla. “Estoy solo.”

“Ah… Podrías hacerme un favor, entonces?” “Decime…”

“Me pasarías el bronceador por la espalda?” “Claro!” Exclamó Keichi mirándola a los ojos, lo cual fue una buena idea porque si seguía mirándole el cuerpo hubiera eyaculado ahí mismo.

“Me parece que no vas a poder hacerlo bien en esa posición,” dijo Ami casi riéndose y muy consciente de que Keiichi estaba tratando de ocultar su erección.

Keichi temerosamente se paró esperando que Ami no notara el enorme bulto en su entrepierna.

“Wow!” Atinó a decir Ami con falsa sorpresa mirándolo ahí. “Estas a mil…” Y procedió a envolverle el miembro con su mano a través de la malla. Keichi se quedó sin palabras, estaba en shock.

Ami entonces dijo, “Parece que estas a punto de estallar… Pero eso no sería bueno, no? Al menos no hasta que estés dentro mío…”

Solo lo estaba provocando, pero fue demasiado para el pobre Keichi que acabó en su malla con una fuerza que no recordaba. El semen prácticamente permeándosele a través de la tela formando una gran mancha. La mera sensación de tener a un hombre en sus manos mientras acababa le provocó a Ami un orgasmo, que la mojó intensamente.

“Aw!” Dijo Ami tan pronto como se empezó a recuperar de las intensas sensaciones que la habían invadido. “Te hice perder la carga…? Discúlpame.” Acto seguido le agarró la mano a Keiichi y se la llevo hacia su propia entrepierna agregando, “Si te hace sentir mejor, yo también acabé…” Eso fue el último empujoncito que la presión de Keiichi necesitaba, cayendo desmayado en poco segundos con un torrente de sangre en la nariz.

Ami lo miró divertida y pensó “Ey, todavía ni empezamos…”Y procedió a cargarlo en sus hombros, llevándolo a la rastra hacia el baño donde la esperaban las chicas mientras pensaba “Keiichi… Vos sí que sos un chico con suerte…”

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