Fantabaires ’98: Tomá (de acá) Fantabaires

Por Leandro Oberto y todos los de Ivrea

La versión semiobjetiva

Hacía años que la palabra cómic no estaba tan en boca de todos los argentinos como cuando a principios de noviembre en Buenos Aires se celebró Fantabaires ’98. No era para menos, esta convención de historietas contaba con el respaldo de la radio Rock and Pop y tenía a nada menos que Coca-Cola como sponsor. Esto permitió contar con los recursos económicos y humanos suficientes para realizar un bombardeo de publicidad sobre el evento por todos los frentes (radio, tv, diarios, revistas), que convenciese o no convenciese a la gente de ir, al menos metía en la cabeza una idea: los cómics están vivos y atraen mucha gente.

Durante la semana previa y posterior a la convención, nuestro país parecía haber recuperado esa pasión por las historietas que tuvo décadas atrás y que nunca perdió del todo. Es así como el 5, 6, 7 y 8 de noviembre la industria del cómic estuvo en boca de todos. Bastaba abrir un diario, mirar televisión un rato o hasta, esto ya resultaba increíble, escuchar las conversaciones en bares “fashion” para oír algo sobre los cómics y Fantabaires. Con tanto bombo, la concurrencia de gente terminó superando las expectativas más optimistas y duplicó el número del año pasado.

Rubén Sinkovsky, antiguo doble de Christopher Reeve en las películas de Superman, hoy relegado a convenciones de comics… pero siempre muy bien acompañado.

El invitado central en esta ocasión fue William Shatner, el capitán Kirk de Star Trek, hoy día bastante subido de peso y sumamente antipático a los ojos de los que asistieron. Todo lo contrario fue el inglés Neil Gaiman, autor del Sandman, uno de los cómics más vendidos y aclamados por su profundo contenido filosófico, quien se mostró como una persona sencilla y amable, algo no muy frecuente en personas que como él, tienen contratos de arriba de un millón de dólares para escribir novelas.

Con respecto a los stands, además de las clásicas editoriales de cómics, distribuidoras y comiquerías de Buenos Aires, se sumaron varios negocios del Gran Buenos Aires, la revista Rolling Stone, Sacoa, Laser Shots y el canal de TV Uniseries. Los puntos negativos de la muestra fueron los amargos y antipáticos que eran los que cobraban las entradas, los securitys, y el hecho de que al estar todo traído o copiado de USA o España, no hubiera merchandising de cosas que no se conocen en esos países pero que son éxito en Argentina. El caso más notorio fue el de Guerreras Mágicas (Magic Knight Rayearth) que, al no haber sido emitido ni en USA ni en España, los dueños de negocios de cómics y distribuidoras ignoraron olímpicamente. Muy lamentable, sobre todo porque pone en evidencia la incapacidad de entender a su propio público, clave vital para el crecimiento de cualquier industria. De cualquier forma, el domingo al cierre tanto expositores como organizadores estaban eufóricos por el éxito y una sola idea parecía rondar por las cabezas: Superar esto, hacerlo mucho más grande en 1999.

La versión subjetiva

En Lazer rara vez ponemos nuestras opiniones en una nota o nos ponemos a contar anécdotas personales, pero por esta vez y espero nos disculpen, haremos una excepción y les contaremos nuestra vida y visión de todos esos días. Espero que no se aburran demasiado, pero con todo lo que nos partimos el orto haciendo esta revista durante el año, creo que nos merecemos delirar un par de páginas. A lo mejor les sirve para conocer un poco lo que pasaba por la cabeza de las personas que estaban ahí, detrás del mostrador firmando y cobrando (o para convencerse de que trabajar en la industria del cómic es suicida).

Bueno, la cosa vino así: en la madrugada del miércoles 4, mientras los fans aguardaban ansiosos el jueves para ir a Fantabaires (queremos creer…), yo me encontraba en estado zombie y semimuerto terminando el correo de Lazer . Para variar, estábamos atrasados con las fechas de entrega y ya no se podía joder, teníamos que terminar la revista hoy sí o sí, porque de lo contrario no estaría lista para la convención. Como si esto no fuera desafío suficiente, durante el día el chanta que iba a montar nuestro stand había dicho que no lo podía hacer por problemas personales… Así que ahí estábamos nosotros, a escasas 24 horas de la inauguración de Fantabaires ’98, sin saber cómo mierda íbamos a solucionar eso y agotados de haber terminado Witchblade, Darkness y Area pocos días atrás, ¡y encima el auto estaba en el taller!

"Oh Si! Trajeron las hojas de coca, ahora tendremos energía para seguir vendiendo....$$$" (Izq a dcha Leandro, Pablo y Eduardo)
“Oh Si! Trajeron las hojas de coca, ahora tendremos energía para seguir vendiendo….$$$” (Izq a dcha Leandro, Pablo y Eduardo)

Ya estaba amaneciendo cuando finalmente viajaba con todos los archivos de la revista hasta la casa de Pier Brito, que se encontraba terminando la sección “No Podes!”. Hicimos las correcciones finales y hacia el mediodía estábamos en PrePress (un lugar de fotocromía) amenazándolos de muerte para que lograran tener todas las películas de impresión para esa misma tarde. De ahí, ya sintiendo que el mundo daba vueltas, fuimos a las oficinas del centro de Quebecor (la imprenta) para presionar a Rodrigo Reyes y Julio Gorosito para que lograran tener Lazer #10 lista para distribuir el viernes. Semimuertos y todavía sin dormir nos fuimos a recibir y cargar por escalera hasta el depósito pilas de revistas Lazer , Witchblade y Darkness que habían llegado de devolución de kioscos.

Alejo, Pier y Gustavo equipo de Area en una foto re-chota.

Pablo, al borde de un ataque de nervios, había logrado conseguir a alguien que nos armara el stand y había salido para la planta impresora en Pilar a buscar cajas de la revista Area para vender en la convención. Pier se va y yo caigo en estado de coma unas horas hasta que me despierta el teléfono, veo el reloj y ya eran las 18, tomo el subte y llego a PrePress solo para enterarme de que las películas iban a estar recién para las 22. Finalmente, con ellas en mano, llego a las oficinas del centro de la imprenta, solo para descubrir que ya había salido el último auto que lleva películas a la planta impresora del Parque Industrial Pilar. Puteando, busco una remisería y mando las cosas mientras me voy hasta la Rural a ver a la persona que supuestamente estaba armando el stand. Obviamente, el stand no se había armado y recién estaban todas las personas tanteando el lugar. Pasada la medianoche, abandono la Rural y enfilo para casa, donde llego bastante tarde y maldiciéndome por haberle dicho al fletero que íbamos a estar a las 5 am en el depósito para cargar revistas y llevarlas a la Rural.

Agustin “Ven pequeña… nunca has probado leer Lazer de atrás para adelante…. Jejeje”

En una acción heroica, Pablo va a hacer eso solo mientras yo logro dormir un par de horas. A la mañana, mientras intentaba recordar dónde estaba la puerta de mi casa, suena el teléfono y atiendo semidormido. Era Jorge Contreras de Magic diciendo si me interesaba conducir un programa llamado “Club del Anime”. Incapaz de procesar en mi estado zombie lo dicho, solo atino a responder “moriré joven…”. (No es un chiste, esa fue la conversación real). Salgo para la Rural donde me encuentro con Pablo, que al verlo con cara de más hecho mierda que yo, casi me hace sentir bien. Obviamente, todavía no habían armado el stand para cuando llegué, lo terminaron de montar escasos minutos antes de que abrieran las puertas y nosotros tuvimos que meter las revistas y colgar los pósters ya con la gente adentro.

Gustavo “Complete la colección!!! Vamos a casita a leerlas?”

El primer día pasó bastante tranquilo. El jueves es el típico día de la gente under y de los fanáticos más experimentados, es decir, aquella gente que visita las comiquerías de Capital religiosamente todas las semanas. Esta gente jamás te pondrá una revista fuera de lugar tras ojearla o preguntará algo obvio, una maravilla. La mayoría de los medios de TV eligieron este día para venir. Algunos realmente interesados en aprender y mostrar, otros en busca de una anécdota fácil. Desde CQC hasta la gente de Much Music, de Canal 26 a cadenas de noticias extranjeras, creo que no faltó nadie. Pier Brito caía víctima cada vez que pasaba una cámara, mientras yo quedaba sepultado por gente que quería comprar revistas o que le firmara Lazers. En los escasos momentos de paz que se pudieron encontrar, caminamos por la exposición, alegrándonos de haber elegido estar en el pabellón 1, porque en el pabellón 2 había un terrible olor a bosta. Notamos lo llenos que estaban todos los locales menos el de Colihue y el de la Rolling Stone, y aprovechamos para verle la cara a toda la gente de la industria, viejos amigos, enemigos y desconocidos.

“King Of Fighters*: un difraz que podrás lograr con solo revisarle el cajón a tu mami”
*[La cara de forro se vende por separado]

Por la noche, mientras volvía a casa destruido utilizando la última batería que quedaba en el Movicom, me cercioraba de que el orden de las páginas de Lazer #10 hubiera sido montado bien en la imprenta y daba el ok para imprimirla. La mañana del viernes obviamente trajo más desgracias, las Lazer habían ido a parar a lugares incorrectos por culpa de los pajeros de un flete que mandó la imprenta. Para lograr tener las revistas para la apertura de la convención, en medio de una lluvia torrencial, Agustín se fue hasta la zona del Riachuelo para llevarse un par de cajas que les habían entregado de más a la gente de Bertrán (la distribuidora de quioscos del interior) mientras nosotros (alias Pablo y yo) disfrutábamos de la grata experiencia de chocar en el remís que nos estaba llevando a la Rural.

Como no pudimos decidirnos si cargarlo con Wolverine, Hank McCoy, Cornelius, Glen Danzig, etc no pusimos nada

El viernes ya fue un descontrol y había gente por todos lados. Solo recuerdo firmar y vender más Lazers de las que puedo contar. Todo muy demente. Conocí a cientos de lectores y lectoras de Lazer, muchos que habían venido desde lejanas ciudades nada más que para asistir a Fantabaires. Durante el día, finalmente, le entregaron a Pablo mi auto del taller, así que nos pudimos volver tranquilamente. Pero no sin antes salir todos los de Editorial Ivrea a festejar… Festejo que terminó en una curiosa borrachera, más a causa del cansancio y el estómago vacío que del alcohol en sí.

Ranma y Ryoga después de mojarse con fría del Riachuelo… Pan………eh…. También.

El sábado fue un torbellino más allá de toda explicación o descripción. Parecerá joda, pero hubo momentos en los que estábamos realmente desbordados, con colas de 20 personas para pagar, que firmáramos una revista o sacáramos una foto.

Pier: “Decime Carrrrna.. “.

Aunque todo eso es muy grato, como todo en sobredosis puede ser mortal, y casi lo fue… Según los cálculos que hicimos, firmamos más de mil revistas ese día y charlamos con otro tanto de lectores y lectoras. El sábado nadie pudo moverse ni 20 cms del stand por la cantidad de gente que había dando vueltas… Y había de todo, incluidos ahora sí la típica gente al pedo que agarra las revistas y las desordena… ¡Como se extrañaba el feeling del jueves y viernes! El momento más “memorable” fue cuando nos quedamos sin Lazer #10 para vender, llamamos en una acción desesperada a la gente de Génesis para que nos mandara en remís una de las cajas que les habíamos entregado. Según confirmaron por teléfono, lo hicieron de inmediato. Esperamos ansiosamente la caja minuto tras minuto, que parecían eternos, mientras más y más gente preguntaba una y otra vez por Lazer #10.

Leandro v Andres Accorsi de Comiqueando abrazados???? (la foto fue tomada en un Elseworld…)

Finalmente vemos llegar la caja y eufóricos la agarramos en medio de grandes ovaciones, y con cara de bananas rewinners procedemos a abrirla… Entonces… chacham… Descubrimos la trágica realidad: ¡Habían mandado una caja de Area! ¡NOOOOOOO! ¡Qué boludo, no puede ser… no tiene derecho a la vida… hay que matarlo… Cómo se va a equivocar? -empecé a gritar descontroladamente mientras golpeaba las paredes del stand y le hacía un vudú a la persona que había equivocado la caja a enviar.

MOMENTO KODAK

Por la noche, para que esto no volviera a pasar, Pablo quiso hacer otra acción heroica y decidió irse hasta el Parque Industrial Pilar a buscar las cajas de Lazer #10 que se habían quedado en la imprenta por el error del flete. Eran como las 2 de la mañana… Yo caigo en estado vegetativo en mi cama y permanezco así hasta que oigo sonar el teléfono a eso de las 5 am. Era Pablo desde la ruta en Pilar diciéndome que tenía 2 noticias, una buena y una mala: la buena: había conseguido llevarse las cajas. La mala: se le había cagado el auto cerca de la imprenta y estaba buscando una grúa para remolcarlo. En fin… así es como el domingo apenas estábamos Eduardo, Pier y yo en el Stand como únicos “sobrevivientes”.

Tatuaje sólo removible con curación lunar…. ACCION!

El domingo estaba de vuelta todo lleno hasta las bolas y yo ahí vendiendo y firmando con mi marcador color oro que no hacía más que mancharme y trabarse la tapa en los momentos más inoportunos. El domingo cuando finalmente cerraron la exposición hubo un aplauso generalizado de todos los stands (con la gente que los atendía semimuerta) y luego procedimos a meter todo en un flete y llevarlo de vuelta al depósito. Bueno… ahí tienen el “backstage” de lo que fue para nosotros Fantabaires, una demente y siniestra pesadilla que esta nota no alcanza a describir correctamente. A todos los que estuvieron y nos visitaron: Muchas gracias, ha sido un placer charlar con ustedes (bueno, con la mayoría de ustedes), firmar autógrafos o sacarse fotos. Sólo lamento no haber estado en el estado mental y físico correcto para eso… En fin… siempre habrá un año próximo.

2 comentarios sobre “Fantabaires ’98: Tomá (de acá) Fantabaires

Dejar un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.